San Viator

No existe ninguna biografía de San Viator; nosotros lo conocemos por algunos fragmentos de la historia de su obispo, san Justo (alrededor de los años 300-390). Los biógrafos actuales también se deben guiar por la historia general de la época.

Por lo que sabemos, Viator era ‘lector de la Iglesia de Lyon (una población activa medio cristianizada), muy cercano a su obispo. Sabemos que Lyon era entonces la capital de la Galia y que el obispo Justo, su guía espiritual, gozaba de una gran reputación, que había participado en al menos dos concilios. Creemos que San Viator era mucho más joven que su obispo, que sus padres contaban con medios tuvieron medios económicos para su educación, ya que la educación eran un privilegio de las familias acomodadas de la época. Tampoco se puede excluir una ayuda económica externa a la familia.

A los lectores se les confiaba el cuidado del Leccionario, precisosa colección de textos sagrados;  La conservación de los santos, raros y valiosos libros y, sin duda, también su copiado, fue de su incumbencia, así como la preparación de los catecúmenos para el bautismo en la noche de Pascua. Que Luis Querbes viera en este ‘muy santo joven hombre’ un modelo capaz de inspirar a sus maestros de escuela no es sorprendente.

Lo que sorprende, por el contrario, es la partida precipitada de Justo hacia el desierto con la intención, no existiendo ya el martirio, de conseguir la santidad con los anacoretas. Es, al menos, lo que cree Viator, a quien el anciano varón se confió. El derecho de asilo quebrantado días antes frente a la catedral por los notables fue el elemento detonante de esta decisión. Viator, solo, no puede vivir alejado de su maestro. Él corre a Marsella para partir a Egipto. Ha llegado el momento para los dos varones de consagrarse en el más perfecto anonimato a la obra de su santificación personal. El santo obispo morirá algunos años más tarde, seguido de cerca por su compañero. Los lyoneses conocieron finalmente su vida en el desierto de Scete a sesenta kilómetros de Alejandría. Y consiguieron recuperar sus restos y traerlos al país jubilosamente.

Hoy día el nombre de Viator es conocido como un modelo por el mundo gracias al padre Querbes y a sus discípulos.

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