Veintinueve montañeros iniciaban la ascensión hacia la entrada del casi desconocido valle que se abre a los pies del Aspe. Los cielos, algo cubiertos, daban la impresión de que la jornada se iba a complicar…
Pero no fue así ya que el sol lució durante la caminata permitiendo disfrutar del paisaje, con sus arroyos y con los mantos de flores que cubrían la ruta. Poco a poco se fueron alcanzando los objetivos para terminar la mañana felicitando al guía que había planificado el recorrido.
Con la comida en la Borda Juan Ramón, concluyó esta nueva jornada de convivencia en la naturaleza. Más imágenes en el siguiente enlace.
