
La situación sanitaria está cambiando muchas de nuestras costumbres. Una de ellas es el juego.
La AMYPA de nuestro colegio nos recuerda algunos de los beneficios del juego en familia.
1. Enseñar a respetar las normas: el hecho de que los participantes de la partida tengan que respetar las normas del juego, desde el turno de tirada hasta acatar las consecuencias de caer en una determinada casilla del tablero, impulsa el que ese acatamiento luego se traslade fuera del juego. Es decir, que el menor en cuestión empiece aprender a hacer lo propio con las normas que existan en casa, en el colegio o en la sociedad en general.
2. Mejoran la capacidad de análisis: lo hacen porque deberán pensar qué tirada hacer o qué plan acometer para poder estar más cerca de conseguir la victoria. Ajedrez, parchís, catan junior.
3. Mejoran e impulsan la cooperación: Hay juegos de mesa que se juegan por equipos, lo que contribuye a que los participantes puedan mejorar en cuanto a cooperación y trabajo en grupo.
4. Sirven para aprender a tolerar la frustración: sirven para aprender que no siempre se gana y que las derrotas también hay que aceptarlas, tomándolas con deportividad y usándolas para esforzarse y concentrarse más de cara a la siguiente partida. Por estos motivos no es bueno dejarles ganar siempre, nosotros les dejamos ganar para que él se sienta contento y no se enfade y realmente no le estamos beneficiando para el futuro.
5. Trabajan la memoria y la concentración: por lo que les ayudará a poder aplicarlo en sus estudios.
6. Desarrollan habilidades en relación a la toma de decisiones: aprender a pensar cómo solventar determinados obstáculos que se pueden encontrar en su camino y por lo tanto tomar decisiones para resolverlos. Y esto también les servirá para saber aceptar las consecuencias de dichas decisiones.
7. Ayudan a mejorar la motricidad fina: para niños pequeños, la realización de la pinza es de gran importancia no solo para prepararse para dibujar y escribir, sino también para estimular a nivel neuronal una de las partes del cerebro que más va a utilizar. Por ejemplo, el mover las fichas del tablero, o juegos específicos de habilidad, como colocar los monos.
8. Refuerzan habilidades matemáticas: ayudan a mejorar la orientación espacial, simplemente con tener que montar el tablero, saber la dirección que tienen que seguir para mover la fichas, por no hablar de los juegos individuales o en dimensiones. Por otro lado, también nos ayuda al conteo, ya que para avanzar casillas lo tenemos que realizar, tanto sumar como restar, se puede ver desde el parchís, hasta en juegos específicos como alto voltaje.
9. Habilidades de comunicación: cuando juegan los niños tienden a explicar su jugada y, por tanto, tratan de expresar una acción e incluso argumentos para que se les entienda. Luego hay juegos específicos que fomentan esta habilidad como el story cubes, el kaleidos.
10. Juego libre e imaginación: en ocasiones los niños con las figuritas de los tableros se montan su propia historia y juegan de manera libre.
11. Socialización: jugar con otros niños o con los familiares ayudan a los niños a estrechar lazos. En su inmensa mayoría son juegos que implican la interrelación con una o más personas con la que pasa un rato agradable. También implica un trato de igual a igual, ya que todos los jugadores atienden a las mismas normas y ello fomenta, entre otras cosas, la autoestima. Además, también ayuda a ir aprendiendo cómo funciona las relaciones con otras personas, ya que a veces se crean dinámicas tanto en juegos competitivos como cooperativos que posteriormente son extrapolables a la vida real.