
Nos dio testimonio con su vida de evangelizador laico, siendo economista y especialista en desarrollo local y rural andino, en el altiplano del sur de Perú, que limita con Bolivia y el lago Titicaca. Una zona que se sitúa entre los 3.800 y 4.200 m. sobre el niveldel mar.
Trabajan en la promoción de la seguridad alimentaria, produciendo quinoa, uno de los productos que abunda en la zona y reconocido por su alto contenido nutritivo. También enseñan a producir hortalizas a través de los biohuertos. Y ayudan a las mujeres en la costura de la vestimenta propia y para venderla. Ayudan en el acondicionamiento de las cocinas ecológicas. Les enseñan la producción de queso y lácteos.
Nos dijo Juan Catacora: “La presencia de Manos Unidas en la zona es muy valiosa porque hemos podido cambiar la vida de muchas familias”. Su ingreso per cápita apenas supera el euro por día y por persona, y les ayudamos con la filosofía de Manos Unidas: “que no da alimentos, sino que enseña a producirlos”.